En España, casi un 60% de los conductores reconocen conducir deliberadamente más rápido de lo permitido en carreteras convencionales. En 2022 se registró un importante incremento del número de fallecidos en las carreteras de Castilla y León por exceso de velocidad: 19 en 2019 frente a 25 en 2022. Es el segundo factor que más siniestros ocasiona.
La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, ha presentado esta mañana en Aranda de Duero (Burgos) la campaña de control de velocidad que la Dirección General de Tráfico (DGT), en colaboración con el Sector de Tráfico de la Guardia Civil, va a poner en marcha entre hoy, 17, y el domingo, 23 de abril.
Barcones ha indicado que el año pasado se notó en esta comunidad autónoma un repunte importante del número de víctimas mortales en las carreteras en accidentes que tuvieron como factor concurrente el exceso de velocidad. Se pasó de 19 fallecidos en 2109 a 25 en 2022. Para establecer esta comparación, se considera como referencia el año 2019, por las circunstancias anormales sobrevenidas en la movilidad como consecuencia de la pandemia.
Es el segundo factor concurrente más habitual en los accidentes con víctimas mortales después de las distracciones por las que perdieron la vida en las carreteras de Castilla y León 72 personas en 2022.
Uno de cada cinco accidentes con víctimas mortales se produjo por exceso de velocidad, “sobre todo en carreteras convencionales”, ha señalado la delegada. En estas carreteras perdieron la vida 21 de estas 25 personas. Y en lo que va de año, al menos tres de las 27 víctimas mortales registradas viajaban en vehículos que llevaban más velocidad de la permitida.
Según ha recordado Barcones, este fin de semana ha habido que lamentar dos víctimas mortales en nuestras carreteras: un ciclista en Cistierna (León) y un motorista en Villarcayo (Burgos).
Según ha explicado la delegada, “debido al alto porcentaje de accidentes y fallecidos que se producen en las carreteras convencionales por culpa de una velocidad inadecuada, se reforzarán preferentemente los controles en los tramos más peligrosos de este tipo de vías, tanto con patrullas terrestres como con medios aéreos”.
Virginia Barcones ha indicado que “así como la incompatibilidad entre el alcohol y la conducción, el uso del cinturón de seguridad y el casco no son cuestionados, la consideración de la velocidad como factor de riesgo no ha adquirido el mismo nivel de aceptación entre los conductores, a pesar de que, en España, en el 22% de los accidentes mortales se apreció la velocidad como factor concurrente”.
En España reconocen conducir deliberadamente más rápido que el límite de velocidad permitido para vías convencionales un 58,8% de los conductores.
“Además -ha continuado diciendo la delegada-, en el ámbito urbano la falta de concienciación sobre la repercusión de la velocidad en las consecuencias de los accidentes, singularmente en caso de atropello, es aún más generalizada. Todo ello sin mencionar su influencia negativa sobre el medio ambiente, la calidad de vida y el consumo de combustible”.
En 2022 fallecieron en Castilla y León 24 personas por accidentes de tráfico en vías urbanas y travesías. De estas, 17 eran peatones. Además, el 71% tenían más de 65 años. “Este es uno de los motivos que nos mueven a incrementar el número de acciones de educación vial que tengan como protagonistas a nuestros mayores, porque la educación vial es cosa de todos y todas, no solo de los conductores”.
Como referencia al número de controles que podrían hacerse durante esta semana, la delegada ha recordado los datos de la última campaña de estas características puesta en marcha en Castilla y León, la del 4 al 10 de julio de 2022. En esa ocasión se controlaron más de 80.000 vehículos y fueron sancionados 5.300, casi un 6,5%. En Soria dieron positivo en el control de alcoholemia once personas y siete en el de drogas. Así mismo se denunció a 14 personas por uso indebido del cinturón de seguridad.
La delegada ha indicado que se va a poner también un acento especial en el control de la velocidad en tramos urbanos y travesías para lo que se cuenta con la colaboración de las policías locales de los ayuntamientos de Castilla y León. La campaña se lleva a cabo en las principales ciudades de la comunidad, incluidas Burgos y Aranda de Duero.
Para la realización de la campaña se utilizará el máximo número de medios humanos y materiales disponibles, con los que los jefes provinciales de Tráfico y los jefes de los subsectores han confeccionado conjuntamente, la programación correspondiente. Más de un millar de personas trabajarán estos días para que la campaña cumpla con los objetivos de sensibilización previstos. En Soria, un centenar de personas.
Atendiendo al carácter preventivo de la campaña, se anunciará a los conductores la existencia de controles, bien a través de los paneles de mensaje variable, bien a través de señalización vertical circunstancial cuando la vía no disponga de dichos paneles. “No se trata -ha señalado la delegada-, de recaudar más, como mucha gente piensa de manera equivocada. Se trata de concienciar sobre la necesidad de cumplir las normas de tráfico, de apartar a los malos conductores de las carreteras, de evitar víctimas mortales”.
Al tratarse de una campaña desarrollada también a nivel europeo por la asociación RoadPol (European Roads Policing Network), la vigilancia no sólo se llevará a cabo en España sino en todos los países adheridos a dicha asociación. Dentro de la campaña, el viernes 21 se celebrará el RoadPol Speed Marathon, una acción de control de la velocidad en todo el continente europeo que este año cumple su décima edición y al que el año pasado se sumaron más de 14.900 agentes de policías de tráfico de 19 países que controlaron a más de 3.100.000 conductores en 10.500 puntos de control.
La DGT ha presentado recientemente los resultados del Proyecto Europeo Baseline, un programa de seguridad vial en el que han participado 18 países
y con el que se pretende realizar un adecuado seguimiento de los progresos en seguridad vial de los países miembros a través de 8 indicadores clave de rendimiento relacionados con el comportamiento de las personas, vehículos, infraestructura y atención post accidente.
En lo que respecta a la velocidad, en España el nivel de cumplimiento del límite de velocidad establecido varía en función del tipo de vía. Mientras que en autovía el 63% de los turismos circulan a la velocidad permitida (valor alto en comparación con otros países), en las autopistas este porcentaje baja al 51%. En el caso de las carreteras convencionales, el cumplimiento del límite de velocidad establecido es del 43%, un nivel bajo, similar al que registra Bélgica (46%).
En vías urbanas con límite de 50 km/h, el nivel de cumplimiento de la velocidad por parte de turismos es de un 65%, el tercer valor más alto de los 13 países con los que compartimos límite.
Por su parte, en las calles de 30 km/h, el nivel de cumplimiento es del 32%, el valor más alto de los tres países para los que se dispone de datos. Cabe destacar, además, que la velocidad media de los turismos en las calles 30 es 11 km/h inferior a la de las calles 50 (36 frente a 47 km/h), una diferencia que supone una gran reducción del riesgo de atropello mortal o grave.
El Marco de la política de seguridad vial de la Unión europea 2021-2030: Próximos pasos hacia la “Vision Zero” asume que “alrededor de un tercio de los accidentes mortales se deben (en parte) a una velocidad excesiva o inapropiada” y que el riesgo de verse involucrado en un siniestro de tráfico aumenta por 12,8 veces cuando se conduce con exceso de velocidad. Y se cita el estudio del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC) que ha calculado que si las velocidades medias descendieran en tan solo 1 km/h en todas las carreteras de la Unión Europea se estima que cada año podrían prevenirse 2.200 muertes en la carretera.
Los vehículos que circulan con exceso de velocidad ante cualquier imprevisto y en función de las condiciones de las vías de circulación recorren una distancia considerable fuera de la capacidad de control de sus conductores, con lo que ello supone para la seguridad del propio conductor y del resto de usuarios de la vía. Barcones ha recordado que “a 120 kilómetros por hora se recorren 146 metros antes de que se pueda detener el vehículo sumando la distancia de reacción y la de frenada”.
Además, a mayor velocidad más graves son las lesiones en los siniestros de tráfico. En una colisión con una velocidad de 70 km/h, el riesgo de lesiones mortales es del 16% para un ocupante de automóvil, y el doble (38%) para un peatón; a 80 km/h, esa probabilidad de sufrir lesiones fatales aumenta al 33% para los ocupantes de un automóvil.
La delegada ha remarcado estos porcentajes señalando que “a partir de 80 km/h es prácticamente imposible que un peatón sobreviva a un atropello, mientras que a una velocidad de 30 km/h, el riesgo de muerte del peatón se reduce al 5%”.
La Ley de Seguridad Vial y el Reglamento General de Circulación fijan la normativa aplicable a los límites genéricos y específicos de velocidad, velocidad en adelantamiento y distancias entre vehículos. El incumplimiento de estas normas está tipificado como infracción grave o muy grave, sancionadas con multas de 100 a 600 euros.
Pero, además, el artículo 379 del Código Penal, establece que “el que condujere un vehículo de motor o un ciclomotor a velocidad superior en 70 km/h en vía urbana o en 80 km/h en vía interurbana a la permitida reglamentariamente, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses y trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años”.
La Ley del Permiso por Puntos contempla la pérdida de entre 2 y 6 puntos por este tipo de infracción, dependiendo del exceso de velocidad cometido.
En 2018 entró en vigor la última modificación de los límites genéricos de velocidad para carreteras convencionales. El Real Decreto que modificó el Reglamento General de Circulación fijó un cuadro más simplificado de velocidades máximas en las vías de circulación.
Así, en las carreteras convencionales los límites de velocidad son 90 km/h para turismos, motos y autobuses y 80 km/h para el resto de los vehículos; mientras que, en autovía y autopista hay tres límites diferentes: para turismos y motocicletas el límite es de 120 km/h, para camiones y furgonetas el límite es de 90 km/h y para el resto de los vehículos, incluidos autobuses, el límite es de100 km/h.
En el año 2021 entró en vigor la última modificación del Reglamento de Circulación en relación con los límites de velocidad en las vías urbanas, que estableció las siguientes litaciones en el artículo 50:
20 km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera.
30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación.
50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación.
Se establece también que las velocidades genéricas establecidas podrán ser rebajadas previa señalización específica, por la Autoridad municipal. Excepcionalmente, la Autoridad Municipal podrá aumentar la velocidad en vías de un único carril por sentido hasta una velocidad máxima de 50 km/h, previa señalización específica.