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Cuatro rutas en moto para viajar por Soria: Dime qué motero eres y te diré cuál es tu etapa

Cuatro rutas en moto para viajar por Soria: Dime qué motero eres y te diré cuál es tu etapa

Actualizado 23/09/2020 20:41

Si eres de los que se enfundan el casco y se abrigan bien y se ponen la vida por montera, aquí te dejamos cuatro rutas en moto para recorrer la provincia de Soria.

En 1867, el estadounidense Sylvester Howard Roper, inventaba un motor de cilindros que funcionaba a vapor y lo incorporó a una bicicleta. Según pasaron los años, el tiempo hizo de las suyas y el vehículo fue evolucionando hasta lo que, a día de hoy, conocemos como una moto. El mito erótico de los quinceañeros y quinceañeras que les encumbrará hacia el éxito romántico; el pasatiempo dominguero de los más rebeldes del cotarro o la embarcación en la que transportar a un amigo peludo de orejas grandes con gafas de aviador. Las motos son como la vida: dependen de cómo te las tomes.

En 2018, la Diputación de Soria en colaboración con el aficionado a las motos, Esteban Fernández, estableció cuatro rutas moto-turísticas para disfrutar poder conocer la provincia. #Soria360 es un recorrido de 1.140 kilómetros plagados de naturaleza patrimonio y, cómo no, gastronomía. Te contamos qué ruta es la que más te pega según el tipo de viajero que eres.

Para los amantes de la historia

Soria- Almazán (323 kilómetros)

Si el patrimonio es lo tuyo, en tu mesilla nunca falta un libro de Javier Sierra y a los Reyes Magos siempre le pides una guía, estás en tu ruta.

Esta etapa tiene muchos puntos de interés, y el grueso de todos ellos está en la capital: las curvas de los Arcos de San Juan de Duero, la portada de Santo Domingo, el árbol de la música en la Alameda de Cervantes, la ermita de San Saturio y las vistas del Duero desde El Mirón; entre otros. Destinos de la capital que merece la pena visitar, al menos una vez en la vida.

Ermita de San Saturio

Saliendo de la ciudad, se toma la dirección oeste hacia Burgos. A la izquierda, el Monte Valonsadero. Después se va por el camino sur-oeste para rodear el Pico Frentes. El objetivo es bordear la provincia por el pueblo de Los Rábanos, hasta llegar a Garray, municipio donde se encuentra el yacimiento de Numancia, la iglesia de San Juan Bautista y la ermita de los Santos Mártires.

El embalse de La Cuerda del Pozo sería el siguiente destino, un paraje rodeado de pinares a los pies de los Picos de Urbión. Tras ello, Calatañazor (el lugar donde Almazor perdió el tambor), con dirección sur-oeste. Pasar por La Fuentona es una cuestión de ley, si visitamos este municipio. Igual que lo es visitar El Sabinar o ver el Conjunto histórico villa medieval.

Con esto, llegaríamos al final de esta ruta: Almazán, pueblo al que accederemos desde la CL-101 y en el que podremos visitar emplazamientos como la Ermita de Jesús, las murallas medievales o la Plaza Mayor.

Desde esta villa se puede regresar tranquilamente a la capital por la A-15 y visitar todo lo que no hemos podido admirar durante la mañana.

Para los que buscan algo insólito

Almazán- Langa de Duero (240 kilómetros)

La ruta arranca en el pueblo más grande de la provincia. Desde allí se toma la dirección sur-este hacia Morón de Almazán y se sigue hacia el oeste por Berlanga y la Rivera del Duero.

Este trayecto es un sinfín de llanos, alturas y valles calizos, parece diseñado especialmente para moteros intrépidos.

Ya en Morón de Almazán se puede visitar el Museo Provincial del Traje popular o la Plaza Mayor. Esta ruta también incluye pueblos como Barahona, sitio de brujas, donde hay emplazamientos preciosos, como el Confesionario de las Brujas o los Pozos Airones. Ni en Cuarto Milenio.

Tras el Rello, cuya iglesia es digna de visita obligada y Berlanga, donde es más que recomendable ver la Colegiata y pasear por el casco antiguo; se llega a El Burgo de Osma. Monumentos como la Catedral o el yacimiento de Uxama, son un imperativo aquí.

Plaza Mayor en El Burgo de Osma

Saliendo de la Ciudad de Osma, se escoge la dirección sur-oeste, para poder visitar pequeños pueblos fantasma: las zonas más despobladas de toda la provincia que siguen inundadas de vestigios del románico.

La aventura sigue rumbo norte con dirección a San Esteban de Gormaz. En este pueblo, hay que visitar la iglesia de San Miguel y las bodegas de vinos D.O. Ribera del Duero, pero sin catas, que tenemos que conducir.

El último destino de la ruta es Langa de Duero, y aquí uno no puede perderse la Iglesia Parroquia y las ruinas del Castillo.

Para los naturalistas intrépidos

Langa de Duero- Ágreda (295 kilómetros)

Partiendo de nuevo de las orillas del Duero, arranca la ruta más paisajística: parques frondosos, valles, sendas… A esta zona se la conoce como la Soria Verde y está plagada de tiempo en carretera y actividades al aire libre.

Desde Langa en moto, hasta Ucero, un pueblo cercano al Cañón del Río Lobos donde también se puede visitar el Castillo o el Mirador de La Galiana.

Tras Ucero, Vinuesa, zona de pinares que se encuentra muy cerca de emplazamientos con un gran reclamo turístico, como el ya mencionado pantano de la Cuerda del Pozo o la Laguna Negra, desde la que se puede acceder a los Picos de Urbión (sin la moto, eso sí).

Cañón del Río Lobos

La ruta sigue por el Valle del Tera y Razón, entre frondosos bosques infinidad de curvas y mil emplazamientos en los que descansar unos minutos y hacer una foto mental de la vivencia. El próximo destino es Arévalo de la Sierra y la reserva natural del Acebal de Caragüeta. Después, ha llegado el momento de visitar Villar del Río y sus yacimientos de ignitas, huellas de dinosaurios y riqueza paleontológica. Una de las localidades que figuran entre la lista de pueblos más bonitos de España. Tras este lugar nos espera nuestro destino, Ágreda.

A esta etapa se puede acceder desde Segovia (N-110), Valladolid (N-122) y Burgos (N-234). También podemos empezar desde el puerto de piqueras (N-111) o el de Oncala (SO-615).

Para los que van prefieren la gastronomía

Ágreda- Medinaceli (240 kilómetros)

Con esta ruta se recorre la parte este de la provincia, visitando las Tierras Altas del Moncayo, hasta llegar a Medinaceli. Se trata de una ruta fácil, sin grandes variaciones de altura. Un recorrido sencillo y ameno en el que, si la vida transcurriese muchos siglos atrás, habría pastores trashumando y señores de Castilla dando paseos interminables. En este paraje quien domina es el Moncayo. Además, está repleto de vigilancias y fortalezas de afrentas pasadas.

Hay muchas cosas que ver en Ágreda antes de emprender nuestro viaje: la iglesia de San Miguel, el Castillo Vozmediano, el Palacio de los Castejones… Y, por supuesto, tampoco te quedes sin probar el cardo rojo. Aquí hemos venido a comer.

Ólvega

Tras Ágreda, el siguiente destino es Ólvega, donde la iglesia de Santa María la mayor y la Mina Petra son destinos obligados. Además, es una buena ocasión para degustar productos típicos de la provincia, como el torrezno, la trufa o los boletus.

El siguiente destino, Gómara, también es una zona con muchísima riqueza histórica y gastronómica: pan, magdalenas, rosquillos, tortas. Se sale rodando, pero no montado en la moto. Además, y como curiosidad, es el lugar donde se desarrolla ‘La promesa’ de Bécquer.

Pasado Santa María de la Huerta, se llega a Medinaceli. Si tienes en mente ponerte las botas, no tendrás mayor problema, necesitaras energía: la Muralla, el Arco de Medinaceli, el Palacio Ducal, El Castillo… mil emplazamientos que visitar una vez desmontemos a nuestro raudo corcel de metal.

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